Líbano es un país que contario a lo que todos creen está en paz, en ese pequeño territorio conviven al menos las 18 religiones y sectas que están representadas en su parlamento. Es un país verde, montañoso, con costas rocosas y algunas playas. Ni una pizca de desierto tiene. Hay vacas, ovejas y cabras. Rico en ruinas arqueológicas, hace más fácil entender la historia de los fenicios, griegos, romanos, bizantinos, mamelucos, otomanos, cruzados… todas estas culturas, codiciaron estas tierras fértiles y con excelentes puertos de mar. Todos quisieron la madera de sus cedros, el tinte del múrex (un molusco marino del que se obtiene el color púrpura) y el vidrio de sus canteras. Bienes de lujo que los fenicios supieron explotar y difundir por todo el Mediterráneo y parte del extranjero, como se suele decir. Es un país lleno de progreso que vale la pena visitar.
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